La sabiduría de la Cabalá te guía de forma práctica y verdadera a la sanación definitiva del egoísmo, el cual es el principal mal que mantiene desde el principio a la humanidad en la oscuridad.
Cuando el hombre ve que es débil, necesita pedir ayuda para que le ayuden de arriba en esa parte, como dijeron nuestros sabios: «El que viene a purificarse es ayudado». Las palabras de nuestros sabios, que dijeron: «El que viene a purificarse», parece que toda la debilidad en el trabajo está específicamente relacionada con la pureza, que solo esto está fuera de las manos del hombre y que necesita ayuda. Sin embargo, nuestros sabios prometieron que el que viene a purificarse y ve que no puede sobreponerse, dijeron al respecto, que no debería asustarse ni huir de la campaña, ni debería prestar atención a su incapacidad para alcanzar la pureza. En cambio, el hombre debe creer que el Creador le ayudará.
Por medio de cumplir con el mandamiento de "Ama a tu prójimo como a ti mismo" que el hombre hace, el cual trae sobre él pensamientos y deseos de querer purificarse a sí mismo. Esto se llama "El que viene a purificarse". Este es el momento en que invierte fuerzas para purificarse del amor propio. En ese momento, llega a un estado de aflicción y dolor por no poder alcanzar la pureza, sino todo lo contrario. Esto es así porque cada vez ve más la verdad: cuán inmerso está en el amor propio y no ve ninguna posibilidad en el horizonte que pueda sacarlo de esto. Entonces, cuando lamenta esto, adquiere la necesidad por la ayuda del Creador. En ese momento le llega la ayuda de lo alto, como dijeron nuestros sabios: "Quien viene a purificarse es ayudado" . Esto es considerado como "toda la luz".
Rabash ¿Qué significa en el trabajo, que la escalera está en diagonal? Artículo N° 10, 1989 El hombre debe ver que está siendo alejado del Creador, es decir, ver cuán lejos está de la Adhesión con el Creador, llamado «Con el fin de otorgar»; y que está inmerso en el amor propio. Y cuanto más quiere aumentar el trabajo de otorgamiento; más ve que se está alejando, esto significa que el mal dentro de él se intensifica cada día. Finalmente, decide que es imposible que él pueda librarse del amor propio, y admite que a menos que el Creador lo ayude, está perdido. Él dice: «Ahora no necesito creer que el Creador ayuda». Más bien, ahora, cuando es recompensado con la Adhesión con el Creador, dirá que ve dentro de la razón que el Creador lo ayudó. Esto es como está escrito (Salmos 127): «Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la construyen». No hay nada que pueda hacer sino pedir al Creador que lo ayude a salir del control del deseo de recibir.
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